Actualmente hay uno de cada cuatro españoles que cobra una pensión pública, en total unos 9,5 millones de personas. Esto supone entre el 10 y 15% del PIB español. El crecimiento de pensionistas actual es de +1,5% anual, y en cuestión de unos veinticinco años la generación del “baby boom” llegará al estado de Pensionista con una esperanza de vida de entre 80 y 85 años según los datos estadísticos del estado español.
Para acceder hoy al cobro del 100% del salario base cotizado se necesita haber cotizado entre 35 y 37 años, y la edad de jubilación está entre los 65 y 67 años. Entre bastidores hay algunas opciones menores que están “inteligentemente” reguladas para que ya no haya chollos para los comunes.
Mientras algunos estudiosos anticipan el colapso en el sistema de pensiones, y otros vaticinan las ansiadas reformas que los políticos no se atreven a encarar por miedo a la pérdida de votos; la historia económica nos muestra que la clave reside en la capacidad de un país en generar riqueza modificando el modelo productivo que ha desarrollado el “obsoleto” Estado del bienestar.
El problema vuelve a estar en que ningún agente económico puede hacer el cambio por sí solo ya que debe contar con un apoyo mayoritario, lo que nos sitúa de nuevo en el riesgo electoral y se queda el empresario solo ante la incertidumbre que genera un sistema donde, si se suben los salarios, se afecta a los precios y volvemos a estar de nuevo en el mismo sitio, pero con una pérdida de consumo sostenible, de riqueza por valor, y donde la tasa impositiva es insoportable e insuficiente para mantener el sistema generado.
Todo este mix nos aboca a todos a plantearnos cambios en serio. Los que podemos hacer las personas que no nos dedicamos a la política son claros:
- O le dejamos el camino llano a la divina providencia
- O nos encomendamos a la protección pública y asumimos lo que nos toque
- O trabajamos hasta el día del último suspiro
- O dejamos de trabajar ya y disfrutamos de la vida con lo que tengamos en cada momento
- O nos proveemos nosotros mismos para cuando llegue el momento poder mantener un nivel de vida adecuado e independiente
En este sentido, la recomendación es tener un buen asesoramiento que contemple los conceptos de fiscalidad, inversión y ahorro, donde lo fundamental será la oportunidad que tenemos al anticiparnos lo máximo posible al tiempo de jubilación para preparar ese momento, y aprovechar que las personas que están vinculadas a la empresa tienen todavía algunas facilidades que es recomendable aprovechar.